Consideremos la obra como un organismo llevando un mensaje, que en su proceso de entendimiento nos segrega, pero durante su sofisticada madurez nos unifica. Esta es una representación del urbanismo en la cual la naturaleza combate con las estructuras de los humanos hasta el punto de fusión. El impacto de la fricción entre la naturaleza, la bestia, el humano y su creación neutraliza los sentimientos
La fricción facilita la comunicación. En este caso el canvas contiene una consistente piel peluda. Ella cubre el espacio de la fundación y sus poros se convierten en protuberancias de tela azucarada. Un flujo constante de material invisible comienza la fricción.
La línea de plomo deja su marca de trayectoria junto al color del canvas. Se reguinda de las protuberancias, esperando el baño de color lineal que trae la tinta.
La tinta, mensajera emocional, provocadora de reacciones agresivas, permite la comunicación entre los medios. Ella abre los puentes. Ahora se le puede dar paso a la forma.
Las formas vienen cargadas de residuo carbónico. El degrado del tiempo y su ambiente son representados con el robusto carbono. Su fuerza moldea la superficie, lijando, y tallando elementos. Esta es la necesaria acción abusiva por parte de la fundación.
La escena esta puesta para el tópico suavizador. La aceitosa pintura cubre parte de los espacios degradados. Una de sus funciones es mendar la herida causada por los elementos en fricción. Este es el tierno abrazo despues del conflicto.
Trayectorias interminables de colorida luz, cambian su piel al atravesar los límites de las transformaciones orgánicas. Ellas iluminan el paso por el cual el canvas muestra su rostro. Mientras tanto la fundación intenta reestructurar la creación original, se transforma en la representación de una vida segmentada intentando su harmonía.
En un universo paralelo, nuestro mundo se vería asi. Con cada criatura un propio universo y cada mirada, una jornada. En esa jornada de tanta fricción finalmente llegamos a la paz.
1 comment:
paz?!..?!?!...
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